LAS LLUVIAS DE ABRIL 2016

Aunque la Semana Santa no ha sido favorable en precipitaciones, algunos cambios meteorológicos se van a producir muy pronto, por un lado, las bajas presiones en la primera quincena de abril llegarán, por fin, a las Azores, y por otro lado, el viento de componente este no será tan importante, por lo tanto, casi podríamos establecer la Semana Santa, como el punto de cambio del tiempo, dónde las nubes no terminaron de llegar. ¿Será esta primavera seca como algunos no se cansan de proclamar? creo que no, pues las lluvias por lo menos en el mes de abril nos acompañarán en la primera quincena, esto  viene a indicar que seguirá lloviendo pero no todo lo necesario. Quizás el mes clave , tras un decepcionante mes de marzo, y dos meses alentadores como han sido enero y febrero, puede ser abril, ya que mayo si analizamos los modelos estacionales de la Noaa sería seco y caluroso.

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Con todas estas variables, nos queda dos opciones, una tirar la toalla, tras un año dónde los olivos se han quedado de pena, pues las lluvias han sido escasas en el otoño, por no decir inexistentes, o la que creo más razonable, trabajar por adelantar los olivos, alimentándolos en los nutrientes que actualmente están deficitarios y aprovechar los eventos de lluvias que seguirán llegando. ¿cuál será la clave esta primavera? pues bajo mi opinión de nuevo la fecha de finalización del periodo «niño» las informaciones al respecto lo sitúan en el verano, por lo que salvo que optimicemos todos los recursos, que nadie espere el milagro sin apostar una vez más en recuperar los olivos con inversión, quizás hallamos trabajado mucho en la aporte sólido mineral mientras que este año pinta más en la foliar, ya que las lluvias no seguirán siendo abundantes pues no se dan las condiciones óptimas para frentes Atlánticos de épocas lluviosas, aunque tampoco estamos en los años secos, ya que si comparamos las lluvias recibidas con el anterior año, hasta la fecha vamos bien.

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Salvo el mes de marzo, que todo apunta a que lloverá menos que en el 2015, enero y febrero han sido mejores, por lo que una vez más, y en esta tierra estamos acostumbrados, nos la jugaremos en los últimos minutos de la primavera abril y mayo, dónde deben llegar frentes que ayuden a concluir a la formación de las flores del olivo, aunque para esos olivos agotados tras la cosecha me temo que no lloverá lo suficiente para que se realice el milagro.

Son muchos días, pero el modelo GFS, ya muestra los cambios que deben producirse en las Azores, con entradas más frías pero acompañadas de masas que dejarían lluvias. Todo puede cambiar, pero es que no nos queda otra ilusión que pensar en la primera quincena de abril, para ello, el vórtice Polar, apagado bastante en el arranque del invierno pero más activo en la segunda parte (enero y febrero) debe impulsar la llegada de esas masas que provoquen las lluvias.

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